La Taberna del Puerto

[Nonick]

Vengan y lean buenas gentes los hechos que aquí se relatan, aprendan de las moralejas que encierran y usenlos para no cometer los mismos errores en los que cayeron sus protagonistas, que aunque se dice que “nadie escarmienta en cabeza ajena” el peor de los escritos puede encerrar alguna verdad y puede servir de ejemplo al avezado lector que sabrá separar el grano de la paja, el buen ejemplo del malo, la moraleja intrascendente de la que encierre algo de sabiduría, y de esta última la esencia que ha de perdurar.
Con mejor intención que acierto se referirán a continuación las sucesivas singladuras que nos condujeron hasta la latitud 36º 54’ y de cómo la embarcación arribó a su puerto de origen con la mitad de la tripulación con la que partió.
Lamenta el narrador no haber llevado cuaderno de bitácora, por lo que toda referencia a vientos y mar será de memoria aunque esa maravilla que es el GPS (acaso invento del diablo) refleja exactamente el rumbo seguido.
Serán en cualquier caso los ilustres cofrades los que animen a seguir el relato de los hechos o los que, con su justa indiferencia, permitan que este mensaje se pierda en las profundidades del foro hasta alcanzar el lugar que se merece.
Preparativos
Los planes son salir del puerto de Campoamor el que suscribe, la cofrade Spark, y una pareja de, en ese momento, futuros tripulantes con rumbo a Cabo de Gata. Los futuros tripulantes –cuyos nombres omito por discreción según se verá- fueron debidamente advertidos de lo que supone navegar a vela, del régimen de vida a bordo, de cómo son las comidas, del plan de singladuras, de los inconvenientes y ventajas, de cómo cambia el significado del tiempo una vez embarcados. Se les exhibieron las cartas náuticas del recorrido, se calcularon distancias y tiempos, se habló de posible navegación nocturna y se prepararon menús a gusto de todos. Se preparó un fin de semana de navegación previa a modo de prueba, que finalmente no se llevó a cabo.
El sábado 29 de julio toda la dotación pasó el día en alegre camaradería haciendo las últimas compras y arranchando el barco. Copiosa cena, y a la cama que mañana hay que zarpar temprano.
El domingo 30 de julio limpiamos el barco y largamos amarras tras llenar el depósito de agua. Resultado: no se como, pero zarpamos con cuatro horas de retraso.
Primera moraleja: si quieres salir temprano, no te dejes para el día siguiente absolutamente nada. Las horas caen como tacos y nadie sabe donde se han metido.
Dos minutos después amarramos de nuevo en la gasolinera. Llenamos el depósito de gasoil y, ahora sí, largamos amarras.

¡¡¡VACACIONES!!!

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Navega rápido y vive tranquilo

[deigloria]

Y????

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"La vela es el medio más lento, más caro y más incómodo para ir de un sitio donde se está bien, a otro donde no hay nada que hacer..."

[Charran]

Suponemos que el relato de la travesía vendrá a continuación,¿verdad? ...estamos es áscuas ...impacientes...
Saludos
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Quienes no comprendan que el velero es un ser vivo jamás entenderán nada de la mar ni de los barcos.Bernard Moitesier.

[Embat]

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...and our friends are all on board,
many more of them live next door..."
(Lennon & Mc Cartney)
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Los barcos hablan!!: _________________
http://embat.latabernadelpuerto.es

[malamar]

esto no se hace, el relato enganchaba
hay tan poco que leer estos dias por el foro...
M.
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...l' important c'est la rose...

" the dreamers of the day are dangerous men, for they dream with open eyes, to make it possible." - T.E. Lawrence

[tuera]

Adelante nonick, se adivina interesante el relato de la travesía. A mi me interesa. .
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"Haz el arroz y no la guerra"

[petrel]

please, I hope more words and photos from the trip
see you later


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DaLe LiBeRtAd A TuS SuEñOs

[eduman]

Hola Nonick te estas quedando con nosotros ,o bien explicaras tu singladura por capitulos como Falcon Crest
Tomate y continua ya que nos has dejado con la curiosidad de saber que ocurrio con la tripulación foranea

[willy_coyote]

¿no sigues relatando?.
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[Chema Moreno]

El cofrade Nonick y la cofrade Spark estuvieron ayer enrolados y currando como locos en la tripulación del glorioso Alcedo Martes ("Terror del Mar Menor, en especial de algún que otro buque fondeado ) en la regata de 30 millas vuelta al Mar Menor. Así que no seáis impacientes y esperad la continuación de la tan ansiada historia sin poneros nerviosos.


¡¡¡NONICK, VENGA COÑO A QUÉ ESPERAS QUE ESTAMOS IMPACIENTES!!!



PD: ¡Uy perdón, donde digo coño quiero decir cáspitass!
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"Manzana in corpore zano"
"A capear se aprende capeando"

Visita mi web.....(¡¡si te da la gana!!)
http://www.chemamoreno.com

[MAIIK]

¿Eras tu el de cala cerrada con el galladerte de la taberna?


Jjeejejeje casi te fondeo encima, sorry

[Nonick]

Primera singladura.
Nada más salir de la bocana instrucciones básicas a la tripulación: que hacer en caso de hombre al agua, las precauciones necesarias con la botavara, uso de los chalecos y poco más. Advertencia de que en caso de navegación nocturna se comunicarían nuevas instrucciones a la tripulación y recordatorio, no por repetido innecesario, de que la suprema autoridad a bordo corresponde al patrón, y de que todo hecho, omisión, rumor o comentario contra él se considerará intento de motín y se castigará con la única pena posible para tal delito.
Omitió el narrador un detalle en la anterior entrega, que puede considerarse anecdótico a la luz de los hechos actuales aunque se mostrará como revelador y premonitorio de lo que después ocurrirá. En el momento de amarrar a la gasolinera se dijo “esto es una cornamusa, y así se hace firme un cabo a ella. Fijaos bien que lo tendréis que hacer muchas veces”
El plan inicial era llegar a Cartagena, ciudad milenaria de amplia y profunda bahía que ha servido de resguardo a barcos de muchos pueblos, culturas y civilizaciones pero generalmente de una sola leche: mala.
Ciudad que el relator considera un poco suya, ya que por allí anduvo su bisabuelo a tiros defendiéndola de las tropas gubernamentales cuando la revolica del Cantón y en ella aprendió a bucear; actividad que consiste en meterse en lo profundo de las aguas para, tras haber forzado la entrada de aire en un cartucho metálico, sacarlo poco a poco conforme el cuerpo lo va necesitado para sus necesidades fisiológicas valiéndose a los efectos de distintos artilugios y cachivaches que el ingenio humano ha dado en crear. Para quien no lo sepa, el truco consiste en que lo profundo de las aguas sea escaso, o más bien ajustado, y salir de ellas antes de que el contenido del cartucho se agote o se merme tanto que se muestre agónico con el portador.
Decía que el plan inicial era llegar a Cartagena el primer día dada lo precario de la esperanza de encontrar refugio en el puerto de Cabo de Palos, y más aún de poder fondear al resguardo de la costa próxima. Pero ya se advirtió de lo tardo de la salida, de la falta de costumbre de mar de parte de la tripulación y del afán de descanso y de vacación de toda ella. Como resultado inmediato cambio de planes. Se decide comer al resguardo de Isla Grossa en amable compañía de un cofrade, El Sahila, del armador del Pelegrino -que no se yo si es cofrade y qué espera para serlo- y aguardar a que el famoso puente se abra para permitir el acceso al Mar Menor con la cantidad de refugios naturales que ofrece al honrado marino (y al que no lo es –honrado- todo hay que decirlo) y otro artificial: el Puerto Tomas Maestre. Decidimos además que el puente es espectáculo que ha de agradar o al menos chocar a los nuevos tripulantes, y que los viajes son gratos porque en ellos se conocen nuevas gentes y se ven cosas diferentes que permanezcan en la memoria y permitan asombrar a los que quedaron con su narración. Más ha de ocurrir esto en los viajes por mar para el que nunca zarpó, y responsabilidad del patrón es procurar que así acontezca.
Así pues fondeo en la Grossa y esperar al Pelegrino y al Churumbel, nuevo barco del cofrade “El Sahila” que así se llamaba su anterior velero. Estaban estos en el Mar Menor y salieron por el puente de las cuatro. Tras la conveniente maniobra de abarloamiento (que causó pasmo y asombro a los pasajeros) alcanzamos a entender varios hechos: que el Sahila y el Hijo del Viento tenían las bordas más a nivel, lo que facilitaba la alegre confraternización entre las tripulaciones, que el mar no permite mantener la situación y que conviene separar los navíos. También se descubre por el que esto escribe cual es la mejor forma de pasar un pasajero de barco a barco cuando no alcanza a hacerlo por sus medios y el peso de su cuerpo es el adecuado. Consiste tal técnica, que brindo al lector, en alzarlo en brazos y depositarlo en la cubierta amiga actuando a modo de pescante.
Informamos a la tripulación de lo que ha de acontecer, del asombroso espectáculo que les espera al ver cómo la tierra se elevará sobre nuestras cabezas para permitirnos el paso, de cómo de modo improvisado surgirá un perfecto orden en la fila de barcos que han de pasar por el canal del Estacio hasta el punto de que todos los mástiles formarán una perfecta hilera sin que nadie así lo disponga y de cómo no ha de faltar algún tractorista que no se incorpore a la fila, sino que la adelante sin intermitencia alguna despreciando que puede franquear tan exiguo paso en cualquier momento y sin necesidad de coincidir con los diez minutos que cada ciento y decena nos conceden a los que pretendemos navegar con la ayuda del viento.
Tras los necesarios contactos por radio que hicieron posible la cita en el fondeo contactamos con otro cofrade, Libra, que ofrece su ayuda y apoyo para la arribada al puerto de Cartagena; pero esto será objeto de relato de posteriores singladuras al que llegaremos en el caso de que la narración sea del agrado de esta Taberna.
Separados los fondeos no fue necesario que Spark y el narrador mojaran sus carnes para llegar al Pelegrino, que el guardián de la reserva pasó en aquel momento por allí en su neumática y tuvo a bien tras las intercesiones del armador del este navío en facilitarnos la arribada. Era prodigio, producto de la práctica y el oficio, observar cómo manejaba la antedicha embarcación, con que facilidad calculaba rumbos y distancias, potencia y aceleración, cómo la aproximaba y detenía como si de su propia mano se tratara de modo que, sin llegar a la fácil maniobra de hacer cabeza, que es recurso de iletrados como el que esto os escribe, la situaba de forma que facilitaba el traspaso de cuerpos y enseres de nave a nave.
Tras unos rones acompañados de tertulia volvimos a nuestro barco que dócil nos llevó al paso del Estacio. Se decidió sobre la marcha y a instancia de los invitados que eran suficientes aventuras por un día y que dormir en puerto estaba menos sujeto a la ventura de los vientos que dormir al hierro. Sin contar el tiempo que nos llevaría no llegar al Barón, sino volver de esta isla al día siguiente.
Se levantó el puente a la hora prevista y pasamos bajo él según lo previsto,



llegamos a puerto y previa petición de punto amarramos. Me presenté a la autoridad marítima como mandan los cánones, lo que me llevó quince minutos de caminata para ir y otros tantos para volver. Para mi sorpresa no me dieron llave de los aseos (estaban siempre abiertos) y nos cobraron cuarenta euros por la noche. La estadía más cara de toda la travesía.
Ducha, copiosa cena y helado de postre. El lugar de pitanza no merece ser destacado ni por bueno, ni por malo, ni por caro, ni por barato.
De vuelta al barco un vigilante del puerto nos interroga sobre nuestras andanzas por los pantalanes y duda de que nuestra educación, o falta de ella, nos lleve a tirar las tarrinas de los helados que portábamos en lugar que no fuera el adecuado. Estoy demasiado contento por estar de vacaciones para montar un número y explicarle al segurata que él escupirá en el pasillo de su casa, pero yo no me atrevo a toser en la de los demás.
El pasaje se sorprende de que le dijera sin dudar en que dársena y punto estabamos atracados ¡no comprenden la responsabilidad del patrón!


Primera noche embarcados.

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Navega rápido y vive tranquilo

[Spark]

Maiik, sí que éramos nosotros, pero tampoco fue la cosa para tanto, es que Cala Cerrada no da para muchos fondeos ¿qué tal te ha ido el verano?
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"Nueve décimas partes de la sabiduría provienen de ser juicioso a tiempo."

[Chema Moreno]

¡¡¡QUEREMOS MÁS!!!¡¡¡QUEREMOS MÁS!!!¡¡¡QUEREMOS MÁS!!!¡¡¡QUEREMOS MÁS!!!¡¡¡QUEREMOS MÁS!!!¡¡¡QUEREMOS MÁS!!!

¡VENGA ****!






pd: Donde digo *** quiero decis chispas.
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[tuera]

Extra!, extra!..

Excelente relato:

Nonick convierte un comienzo de travesía de lo más convencional en un entretenido relato, consiguiendo con su inspirada pluma (sin mosquearse, que lo digo en sentido literario, ya que no tengo el placer de conocerlo personalmente) que la cotidianidad náutica interese a los cofrades más bragados en las duras lides marineras.

Sus asiduos lectores esperamos con ansiedad la proxima entrega.


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"Haz el arroz y no la guerra"

[MAIIK]

Ese dia estábamos probando movidas varias, y al pasar por la azohia decidí entrar a cala cerrada para ver lo del fondeo, porque fuera hacia rasca.

Cuando vi la reacción de Nonick al ponerme encima de su ancla, pensé, este me saca el Ak-47 Es broma, al ver el gallerdete de la taberna me tranquilicé

Esperamos nuevas ediciones del relato cuanto antes !!!

[Freeblue]

Una joya de relato, Nonick. Muchas gracias.
Las fotos con la entrada por el puente de los veleros en fila..espectaculares!! Sólo he pasado una vez ese puente, con un barco a motor, y un poco más y nos dejamos la antena, porque estaba cerrado..
Sigue, por favor que estamos esperando el siguiente capítulo...¡esto promete!
Alejandra
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"Los dioses te devolverán multiplicado por 10 lo que hagas a otros; lo bueno...y lo malo."(Refrán chino)

[Harfan]

Me entretiene! Muy bien escrito el relato, buenas las fotos!

Que quieres que te diga Estupenda travesia y maravilloso relato

[Nonick]

Segunda singladura
La tripulación al completo del Hijo del Viento se levantó en el puerto Tomás Maestre, hecho perfectamente lógico ya que nos acostamos allí, el barco estaba amarrado y no nos abdujeron los extraterrestres ni sufrimos ningún fenómeno paranormal.
Decidimos desayunar en el barco para que nada nos impidiera salir por el puente de las diez y para estrenar la cocina del barco. Se inauguró con tostadas empapadas en aceite y cubiertas con tomate rallado.
Cumplida la tarea de carga del cuerpo éste pidió, supongo que por aquello de mantener el orden general del universo, atender a la función de descarga y para ello acudimos al lugar adecuado. Estaba cerrado con llave.
La situación empezó a ser desagradable ya que el cuerpo es muy suyo en estos casos y, así como en ocasiones acepta que se aplace la atención a sus requerimientos, en otras se muestra caprichoso e impaciente.
Preguntado un marinero que por allí pasaba nos contestó que claro que estaban cerrados, que siempre lo están y que para eso era la llave que nos habían dado en la oficina. Es más, que no entendía como podíamos salir y entrar en el puerto si éste también estaba cerrado y la llave era la misma que permitía el acceso a los baños. Buena e instructiva conversación sobre el sistema de cerraduras de un puerto que en aquel momento nos interesaba hasta cierto punto. Exactamente hasta el punto que permitía el propio cuerpo que, ya se ha dicho, en ocasiones es más impaciente que un niño mimado.
Todavía no llegábamos a la angustia magistralmente reflejada por Peter Sellers en el guateque, pero ésta se veía venir por el horizonte.
Afortunadamente apareció la llave adecuada y el problema no llegó a mayores.
A continuación surgió otro problema que no por esperado es menos molesto.
Supongo que mis cinco lectores habrán observado que al cambiar de ambiente por motivo de un viaje, y con ello cambiar de aguas dicen los expertos, en ocasiones la puerta trasera se cierra con molesta tenacidad y es imposible desalojar los residuos corporales que no sean líquidos.

Este fenómeno se suele paliar con paciencia, uso de la farmacopea u otros medios que no describo pues acaso pudieran ofender la sensibilidad de alguno de los que sigan este relato.
Zarpamos con rumbo a Cartagena sin más incidencias que un viento flojito de componente SW que nos permitía una navegación cómoda realizando más bordos de los que nuestra tripulación hubiera deseado. El plan del día era claro: navegar, ver la costa, y hacer nada. Esto se ha de mostrar como bueno para cualquier persona que se encuentre (¿lo he dicho ya?) de vacaciones y aprecie las satisfacciones de la navegación a vela.

Ya las han descrito otros muchos antes que yo con mejor inspiración y más dominio de la lengua pero no me resisto a recoger aquí el placer del sonido rítmico del mar en la amura, el suave balanceo del suelo que nos soporta, el ver pasar la costa a la velocidad justa para apreciar sus matices desde distinto ángulo y a esos tiempos en los que, embarcación trimada, cada uno se recoge en su interior para reflexionar sobre la vida que lleva, el pasar de las horas, por qué no consiguió acabar aquel crucigrama o, acaso, los amores que pasaron.
A la vista de las Hormigas recordamos a las familias que resultaron arrastradas por un temporal, junto con sus casas y el faro y doblamos Cabo de Palos sin mayores incidencias.


Ya la tripulación (o acaso pasaje) empezó a dar muestras de su condición cuando se alegró sobremanera de lo rápido que desaparecía su faro de nuestra vista, en contraste con la pertinacia con la que, en la que la víspera, la visión de Isla Grossa permanecía fija en el horizonte.
La naturaleza de esta condición era ya palmaria incluso para el observador más torpe cuando empezó a sonar la frase fatídica: ¿Cuánto falta?
¿Cuánto falta para qué? es la respuesta que me guardo para la próxima ocasión en que oiga la pregunta a bordo. ¿Para estar? ¿para navegar? ¿para llegar a dónde? ¿no lo han dicho muchas veces los poetas? ¿no sabe el viajero que el placer del viaje no es arribar sino hacer el camino? Me parece que estos tienen alma de tractoristas.
Cabo Negrete, Cabo del Agua, Cartagena.

Estos son los hitos que señalan nuestra singladura pasado, como se ha dicho, Cabo de Palos.
Siempre se oye “hora y media” tras la pregunta que ya cansa. Bien es cierto que cada vez el destino es distinto, y más cierto aún que la respuesta se da sin mucho cálculo ni interés en concreciones.
El pasaje se aburre, el pasaje se marea y recurro a una de las distracciones reservadas para estos casos: el baño por arrastre.
Consiste en poner un arnés al bañista y hacer este firme al barco mediante un cabo de la longitud y mena adecuadas. Comprobada la seguridad del sistema, el bañista adquiere su condición de tal. Se sorprende el pasaje de la fuerza del agua pese a la escasa velocidad de la navegación en esos momentos, velocidad además reducida por la habilidad de Spark al timón. Poco falta para que alguno que inicia el baño vestido conforme a las costumbres y el decoro finalice aquél en pelota picada.
Decidimos fondear en la cala del Gorguel para comer y descanso del personal. Informamos de la existencia de granjas y cual a tiernos infantes ilusiona a los (a estas alturas no hay duda) pasajeros la posibilidad de ver a los peces (¿o ya pescados puesto que su destino de tal condición es indudable?) saltando como si de un espectáculo de delfines se tratara. Desilusión de que así no ocurra.
Fondeo, comida, baño y acuerdo de los pasajeros con la definición que otro cofrade dio de la gente que habita la cala: fauna variopinta.
Al salir del Gorguel vuelvo a oír la famosa pregunta, y a ella se une una advertencia: como la respuesta sea “hora y media” corro el riesgo de bañarme sin pretenderlo. No cabe duda de que éste es un claro acto de motín, pero prefiero relajar la situación antes que abrir el pañol de armas y contesto “un par de horas”.
En este momento debo interrumpir el relato para desmentir unos rumores que corren según los cuales me cuesta más darle al botón que arranca el motor del barco que remolcarlo a nado. Niego rotundamente que eso sea cierto, y solo alguien mal intencionado puede confundir mi ansia de navegar, de aliarme con el viento, de apurar hasta la última posibilidad antes de rendirme a la condición de ser transportado, con la testadurez, la cabezonería, la obcecación e incluso, que de todo he tenido que oír, con la tacañería en el gasto de gasoil.
Y prueba de lo anterior es que acabamos por poner el motor (media hora después de que se propusiera por vez primera, todo sea dicho) y llegamos a la bahía de Cartagena.
Malas son las olas de un temporal, malas las que devuelve una escollera o una pared vertical. Malas son las olas que producen dos remolcadores que pasan a un velero a la vez por babor y estribor cuando sus pilotos han acabado el día, le han dado salida al último de los barcos y están deseando llegar a puerto con la satisfacción del deber cumplido. Esta situación, el hecho de estar fuera del puerto y, seguramente, el convencimiento de que el que navega por placer iría a calentarse al infierno impulsaban (más incluso que sus motores) a estas embarcaciones a una velocidad tal que su estela nos proporcionó sensaciones similares a las de una montaña rusa.
Llegados a puerto pedimos punto y gracias a las actuaciones del cofrade Libra teníamos hueco preparado en su mismo pantalán. Amarramos y Libra se acercó para darnos la bienvenida, ofrecerse para lo que necesitáramos, y facilitar nuestras vidas en lo que estuviera a su alcance. Gestionó incluso el cambio de punto a otro que fuera menos movido (el nuestro no lo era, en realidad) tras enterarse que el sector femenino del pasaje estaba mareado.
Pese a que entre la ducha, dimes y diretes era tarde y estaban a punto de cerrar tras alguna súplica cenamos en La Tartana, magnifico lugar donde las tapas son variadas, bien cocinadas y abundantes.
Fin del día en el que la singladura fue la que a continuación se refleja, maravillas del GPS.

Nota de Spark: toda referencia a los pasajeros o al pasaje debe ser entendida excluyéndola a ella, que es tripulante de méritos probados.
Nota del autor: lo anterior es de una obviedad tal que solo el reproducirlo ofende.
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Navega rápido y vive tranquilo

[windi]

Sigue, sigue, que me lo estoy pasando mu bien!!!
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La web de mi barco:YULUKA.EU (del RO 300 y más)

Mi bitácora:
windi


Ya sólo sé que no sé nada

[tuera]

¡Qué bueno!

Muy divertido y muy bien escrito. ¿Como te manejas tan bien con las letras nonick, es sólo afición ó...?

Sigue, pijo!.




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"Haz el arroz y no la guerra"

[petrel]

Enhorabuena, es un estupendo relato acompañado de magníficas fotos que me traen reminiscencias literarias de tiempos pretéritos. Se agradecería, si es posible, relatos de nuevas singladuras.


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DaLe LiBeRtAd A TuS SuEñOs

[bluesea]

Vuesa merced nos ha deleitado con un maravilloso relato

Sirvase vuesa mesia el liqudo que mejor venga a su paladar
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Del velero Joshua a su propietario Moitessier:
"Dame viento...y te daré millas".

[windi]

[Chema Moreno]